Me
parecía interesante pero no desde la feniletilamina (esa rechonchona
de la parte izquierda).Digamos que la curiosidad venía de la parte intelectual.
Aún así y no se cómo, me entró un ataque de oxitocina narcisista,
relacionado fundamentalmente con un deseo de compartir saberes y
experiencias(Sí de esos que desperdiciamos por el facebook).Estaban mis
dopas tan lejanas al filtreo que cuando me mandó una foto suya en bañador
,estas se helaron (a pesar de las altas temperatura). No me suelo escandalizar
de nada pero es que no venía a cuento. Cómo no, durante unos días seguí
en el juego pese a sentirme "peona" en su ajedrez a la
medida:"No me escribas a esta hora" "Me molesta esto"
"Me siento así y asá" y en su discurso nada que saliera de la primera
persona del singular. Añado las veces en las que el descansaba de sus causas
solidarias y untábamos bien incómodos silencios o trisílabos monosilábicos.
La
verdad y no se porqué mi mente traducía su discurso a semi bable, causándome
la impresion de un deja-vu impersonal.
Intenté
abrirlo con abrelatas y al final tuve que usar un cuchillo para rasgarme
las vestiduras del optimismo. Pensé: "Compañero ¿Eras tú el que me
hablabas de los derechos civiles, el que te jactabas de ser el primer feminista
de tu zona?....Me mandas una foto en la playa y ¿Qué esperas que diga,
que tienes unos músculos maravillosos que te sujeten el puño en alto?
Horrorizada
por no haberme acordado de cómo eran estas cosas coloco una yegua en el
tablero en vez de un caballo y me lo salto directamente.
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